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Considerando el futuro de las ciudades inteligentes en tiempos de incertidumbre

Existe una larga tradición de ver el futuro de las ciudades desde una perspectiva utópica o distópica y no es difícil evocar imágenes en cualquiera de los dos modos para las ciudades dentro de 25 años, escribe Eric Woods.

En un momento en que es difícil predecir lo que sucederá el próximo mes, pensar en 25 años más es a la vez desalentador y liberador, particularmente cuando se considera el futuro de las ciudades.Durante más de una década, el movimiento de las ciudades inteligentes ha estado impulsado por visiones de cómo la tecnología puede ayudar a abordar algunos de los desafíos urbanos más difíciles.La pandemia de coronavirus y el creciente reconocimiento del impacto del cambio climático han añadido una nueva urgencia a estas preguntas.La salud de los ciudadanos y la supervivencia económica se han convertido en prioridades existenciales para los líderes de las ciudades.Las ideas aceptadas sobre cómo se organizan, gestionan y monitorean las ciudades han sido revocadas.Además, las ciudades enfrentan presupuestos agotados y bases impositivas reducidas.A pesar de estos desafíos urgentes e impredecibles, los líderes de las ciudades se dan cuenta de la necesidad de reconstruir mejor para garantizar la resiliencia ante futuras pandemias, acelerar el cambio hacia ciudades con cero emisiones de carbono y abordar las graves desigualdades sociales en muchas ciudades.

Repensar las prioridades de la ciudad

Durante la crisis de la COVID-19, algunos proyectos de ciudades inteligentes se pospusieron o cancelaron y la inversión se desvió hacia nuevas áreas prioritarias.A pesar de estos reveses, persiste la necesidad fundamental de invertir en la modernización de la infraestructura y los servicios urbanos.Guidehouse Insights espera que el mercado mundial de tecnología de ciudades inteligentes tenga un valor de 101.000 millones de dólares en ingresos anuales en 2021 y crezca hasta 240.000 millones de dólares en 2030. Esta previsión representa un gasto total de 1,65 billones de dólares durante la década.Esta inversión se distribuirá entre todos los elementos de la infraestructura de la ciudad, incluidos los sistemas de energía y agua, el transporte, las mejoras de edificios, las redes y aplicaciones de Internet de las cosas, la digitalización de los servicios gubernamentales y nuevas plataformas de datos y capacidades analíticas.

Estas inversiones –y en particular las que se realicen en los próximos cinco años– tendrán un profundo impacto en la forma de nuestras ciudades durante los próximos 25 años.Muchas ciudades ya tienen planes de ser ciudades carbono neutral o cero carbono para 2050 o antes.Por impresionantes que puedan ser estos compromisos, hacerlos realidad requiere nuevos enfoques para la infraestructura y los servicios urbanos habilitados por nuevos sistemas energéticos, tecnologías de construcción y transporte, y herramientas digitales.También requiere nuevas plataformas que puedan apoyar la colaboración entre departamentos, empresas y ciudadanos de la ciudad en la transformación hacia una economía sin emisiones de carbono.


Hora de publicación: 25 de mayo de 2021